domingo, 9 de agosto de 2015

ISABEL AMALIA EUGENIA (SISSI). Ser emperatriz no exime de tener desgracias

Isabel Amalia (Sissi)
Isabel Amalia Eugenia Duquesa en Baviera, más conocida como Sissi, nació el 24 de diciembre de 1837 en Múnich, Baviera. Nació con la dignidad de duquesa en Baviera y tratamiento de Alteza Real. Era hija del duque Maximiliano de Baviera y de la princesa real Luvodica de Baviera. Su padre procedía de una rama menor de la Casa de Wittelsbach, la de Condes Palatinos de Zweibrücken-Birkenfeld-Gelnhausen y su madre, era hija del rey Maximiliano I de Baviera y por lo tanto princesa real de Baviera.
Fue educada al igual que sus hermanos, lejos de la Corte de Baviera. Pasó la mayor parte de su infancia entre su ciudad natal y los salvajes parajes que rodeaban al castillo de Possenhofen, una construcción a orillas del lago de Starnberg, que su padre había adquirido para residencia de verano y que pronto se convirtió en la residencia preferida por la familia ducal.
Isabel y su hermana Elena
A los 16 años, Isabel acompañó a su madre y a su hermana mayor, Elena de Baviera a la residencia de verano de la Familia Real de Austria, situada en Bad Ischl, donde les esperaba la archiduquesa Sofía de Baviera, hermana de su madre, acompañada de su hijo el emperador de Austria, Francisco José I. Tal encuentro estaba preparado para que el Emperador se fijase en Elena y la tomase como prometida, sin embargo, Francisco José I, de 23 años, se sintió inmediatamente atraído por Isabel, trastocando los planes que su madre y su tía tenían para ellos.
Boda de Isabel y Francisco José I
El 24 de abril de 1854, un año después de este primer encuentro, Isabel contrajo matrimonio con su primo, el Emperador de Austria, en la Iglesia de los Agustinos, convirtiéndose así en emperatriz.
Tras la ceremonia religiosa, el largo día de la boda de Isabel y Francisco José I, se prolongó hasta bien entrada la noche. Audencias, una procesión por las calles de Viena para presenciar la iluminación de la ciudad en honor de los recien casados y por fin, la cena de gala, que dio por finalizados los actos de la jornada nupcial.
El día de la boda fue un fiel reflejo de lo que sería su vida en la corte. Protocolo, rígidas normas y estrictos planes que debían cumplirse a rajatabla, sin tener en cuenta los sentimientos de una niña a le que ni siquiera se le permitió abrazar a sus propias primas ahora que ya era la emperatriz de Austria.
Isabel con uno de sus perros
Isabel tenía una gran belleza física y se caracterizó por ser una persona rebelde, culta y demasiado avanzada para su tiempo. Adoraba la equitación, llegando a participar en muchos torneos. Sentía un gran aprecio por los animales, en especial por sus perros, costumbre heredada de su madre, hasta el punto de pasear con ellos por los salones de palacio. Le gustaban los papagayos y los animales exóticos en general.
Hablaba varios idiomas: el alemán, el inglés, el francés, el húngaro, debido por su interés e identificación con la causa húngara y el griego, este último aprendido con ahínco para poder disfrutar de las obras clásicas en su idioma original.
Tuvo cuatro hijos:
- Sofia Federica de Habsburgo-Lorena, archiduquesa de Austria (1855-1857), fallecida a los dos años de edad aquejada de tifus.
- Gisela de Habsburgo-Lorena, archiduquesa de Austria (1856-1932).
- Rodolfo de Habsburgo-Lorena, Príncipe Heredero de la Corona (1858-1889).
- María Valeria de Habsburgo-Lorena, archiduquesa de Austria (1868-1924).
Isabel con sus tres primeros hijos
En 1857, en una visita a Hungría, Isabel se empeñó en llevar consigo a las archiduquesas Sofía y Gisela, a pesar de la rotunda negativa de su suegra. Durante el viaje, las niñas enfermaron gravemente, padeciendo altas fiebres y severos ataques de diarrea. Mientras que la pequeña Gisela se recuperaba rápidamente, su hermana Sofía no tuvo la misma suerte y pereció, seguramente deshidratada. Su muerte, sumió a Isabel en una profunda depresión que marcaría su carácter para el resto de su vida. Este lamentable hecho, propició que le fuese denegado el derecho sobre la crianza del resto de sus hijos, que quedaron a cargo de su suegra, la archiduquesa Sofía. Tras el nacimiento del príncipe Rodolfo, la relación entre Isabel y Francisco José I comenzó a enfriarse.
María Valeria
Isabel sólo pudo criar a su última hija, María Valeria, a la que ella misma llamaba cariñosamente "mi hija húngara", dado el gran aprecio que le tenía al país de Hungría, lugar donde habitualmente se refugiaba y en cuya cultura y costumbres se empeñó en educarla. Los grandes enemigos de Isabel, la llamaban despectivamente "la niña húngara", no precisamente por el amor que su madre profesaba por tal país, sino porque creían que la niña era fruto de una relación sexual que Isabel habría mantenido con el conde húngaro Gyula Andrássy. Sin embrago, el gran parecido que María Valeria guardaba con su padre, el Emperador, se encargó de desmentir los rumores.
La relación entre el emperador e Isabel nunca fue buena. No compartían ninguna afición y pasaban muy poco tiempo juntos. En buena parte la culpa era del emperador, que no le acompañaba en ninguna de sus salidas y estaba siempre trabajando.
Isabel
A partir de su tercer embarazo, surgió en ella una recalcitante manía de mantenerse bella y delgada. Con el enfermizo fin de mantener su peso en 50 kilos, con una altura de 1,72 metros y de guardar su cintura en tal sólo 47 centímetros, Isabel se inventó una serie de dietas de adelgazamiento y hábitos alimenticios. A falta de especialistas en nutrición, que no existían en su época, nadie podía decirle a la emperatriz que su cuadro correspondía al de una enferma bulimaréxica. La palabra comprende a los aquejados de las dos enfermedades nutricionales más extendidas del occidente actual: la bulimia y la anorexia. Se observa en personas propensas a los atracones de comida compensados con la obsesión compulsiva de hacer ejercicio. Se alimentaba básicamente a base de pescado hervido, alguna fruta y jugo de carne exprimida.
Su bebida favorita era la leche, una de las pocas pasiones que llegó a compartir con su marido. En el palacio de verano de Schönbrunn, mandó instalar un establo. Para no prescindir de leche fresca durante sus largos viajes, solía transportar vacas, cabras o corderos con ella.
El kéfir, una bebida láctea espesa fermentada por bacterias y hongos, que en aquella época era muy conocida en Rusia, pero no se consumía en Centroeuropa, fue otro de los alimentos que incluyó pocos años antes de su muerte en sus curas de adelgazamiento. Otro de sus experimentos más conocidos fueron "las curas de la glándula tiroidea", a base de un líquido que procedía de glándulas tiroideas animales.
Isabel desaparecía de la mesa si estaba en presencia de su marido o de su familia política. Los únicos que llegaron a disfrutar de la imagen de la emperatriz sentada a una mesa debidamente puesta, fueron sus ocho hermanos y hermanas, algún que otro miembro escogido de su familia de Baviera, los Wittelsbacher, su hija menor Valeria, a la que adoraba y a la que solía referirse como su única hija y su profesor de equitación, el inglés Bay Middleton, de quien se enamoró perdidamente.
Anillas del gimnasio personal de Isabel
Sus comportamientos obsesivos no sólo afectaron a sus dietas sino también a sus ocupaciones diarias, marcadas por un frenético afán de moverse, de no sentarse, de andar horas y horas por el monte y de montar otras muchas horas más a caballo. Cuidaba su figura de una forma maniática, llegando a hacerse instalar anillas en sus habitaciones para poder practicar deporte sin ser vista. El tipo de vida que se imprimió, no sólo atentaron contra su salud, sino que además aumentaron su irritabilidad y le provocaron insomnio.
A lo largo de los años, se acrecentó obsesión por mantener su figura y ni siquiera por las noches proporcionaba el merecido descanso a su cuerpo. Decidió ceñir sus caderas con paños húmedos varias veces por semana.
Isabel con su pelo suelto
Otra de sus excentricidades, fue el cuidado que Isabel proporcionaba a su cabello, del que se sentía extremadamente orgullosa. Su agenda giraba en torno a él, por lo que cualquier actividad oficial podía ser suspendida si este día coincidía con su jornada de lavado y peinado. Las apariciones públicas de Isabel con el cabello suelto eran muy raras.
Herramientas para realizar
sus peinados
La persona encargada del cuidado de la melena de la emperatriz se llamaba Fanny Angerer. Fanny trabajaba como peluquera en el Teatro de la Corte de Viena. A Isabel le llamó la atención los peinados que lucían las actrices, estos peinados le parecieron originales y llamativos. Isabel , que era una mujer muy moderna para su época y huía de los clásicos peinados de la corte, decidió contratar en exclusiva y para el resto de su vida a la peluquera del teatro.
Uno de los peinados
elaborado por Fanny
para Isabel
Su peluquera debía de usar guantes blancos siempre que la peinaba. Isabel dedicaba alrededor de tres horas diarias al cuidado de su pelo y lo lavaba cada tres semanas con una mezcla de huevo y cognac. Su peluquera la peinaba sobre una sábana blanca, en donde caían los cabellos que se desprendían de su cabeza. Si eran más de los que ella consideraba apropiados, se enfurecía. Después de cepillar su pelo, que casi le llegaba a los tobillos, Fanny debía crear elaborados peinados.
Isabel era considerada una de las mujeres más bellas de su época y ella era muy consciente de ello y se sentía especialmente orgullosa de su poblada melena. A diferencia de otras mujeres de su tiempo, rehusó utilizar maquillajes muy fuertes o perfumes. Daba mucha importancia a la naturalidad y sólo su larga melena podía ser rociada con esencias de perfume.
Isabel, cubriendo su rostro
A partir de los 35 años, no volvió a dejar que nadie la retratase o tomase una fotografía, para ello, adoptó la costumbre de llevar siempre un velo azul, una sombrilla y un gran abanico de cuero negro con el que se cubría su cara cuando alguien se acercaba demasiado a ella.
Desde los 44 años sufrió casi permanentemente dolores de ciática y acumulación de líquido en las piernas. Sus visitas a los balnenarios de Karlovy Vary, Gastein, Baden-Baden o Bad Kissinger, no contribuyeron a mejorar su estado. El único médico que logró cambiar un poco sus manías nutritivas fue Georg Metzger, que probablemente echó mano de la psiquiatría.
En 1882, a la edad de 45 años, abandonó la equitación, al parecer lo hizo nada más conocerse el anuncio de casamiento de su profesor de equitación, Bay Middleton. Pocos meses después, empezó a aprender esgrima y sustituyó las monterías y la caza del zorro en Inglaterra o Irlanda por las largas marchas. En una ocasión anduvo 30 kilómetros en tan sólo siete horas.
A partir de los 50 años, el cutis de Isabel estaba muy deteriorado al igual que su dentadura, debido a su mala alimentación.
Rodolfo y María Vetsera
poco antes de la tragedia de Mayerling
En 1889, la muerte de su único hijo y las circunstancias en que ocurrió, cambió radicalmente la vida de Isabel. El príncipe Rodolfo, de 30 años de edad, que padecía ciertos trastornos psicológicos, causados en parte por la estricta educación militar a la que fue sometido en su infancia, convenció a su amante, la joven baronesa María Vetsera, para que se quitase la vida junto a él. Se habló y aún hoy  en día se habla, de un complot contra Rodolfo. Por un lado, la hipótesis de un complot tejido por los servicios secretos austríacos, dadas las ideas radicales y liberales que Rodolfo profesaba. Por otro lado, la hipótesis de un complot urdido por los servicios secretos franceses ante la negativa de Rodolfo a dar un golpe fatal a la política de su padre.
Isabel y Francisco José I
velando a su hijo Rodolfo
Estas hipótesis se fundamentan en los estudios sobre los cuerpos de los fallecidos. Ella, según dichos estudios, no murió del disparo en la cabeza, sino de una paliza previa. Rodolfo presentaba cortes en la cara y en varias partes del cuerpo, algo impropio de un suicidio, que se taparon con maquillaje antes de su funeral en Viena. A pesar de las hipótesis, la causa de su muerte, es a día de hoy una incógnita.
Este episodio, que se conoce con el nombre de "el crimen de Mayerling", por ser Mayerling el nombre del refugio de caza donde ocurrió la tragedia, dejó marcado también al Emperador, que se encontró sin un heredero que se hiciese cargo del vasto imperio austrohúngaro.
A Isabel se le juntan en muy poco tiempo cuatro desgracias:
- Su primo, el Rey Luis II de Baviera, con el que tenía una gran amistad y afinidad, se suicida.
- Su cuñado Maximiliano, emperador de México, es derrocado y fusilado en México.
- Su hijo Rodolfo se suicida.
- Su hermana Sofía Carlota de Baviera muere quemada viva en París.
Una de las últimas fotos de Isabel
A la alegre y juvenil Isabel, se le borra la alegría. Tras la muerte de su hijo, Isabel abandonó Viena y adoptó el negro como único color para su vestimenta, a la vez que se incrementaba su fobia a ser retratada. Sólo unas pocas fotografías se conservan de su imagen sin que ella lo advirtiera. Isabel visitó en contadas ocasiones a su marido en Viena, pero curiosamente aumentó su correspondencia durante los últimos años y la relación entre los esposos se fue convirtiendo en platónica y cariñosa.
La última etapa de la vida de Isabel, estuvo marcada más que nunca por los viajes. Compró un barco de vapor, al que llamó Miramar y en él recorrió el mar Mediterráneo, siendo uno de sus lugares favoritos Cap Martin, en la Riviera francesa, lugar donde el turismo se había hecho constante a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Palacio Achilleion
También pasó algunas temporadas de verano en el lago de Ginebra, en Suiza, en Bad Ischl, en Austria y en Corfú, donde construyó su palacio, el Achilleion, en honor de Aquiles, uno de sus héroes griegos preferidos. Dedicó largas temporadas en estos años a aprender griego, con la ayuda de un joven profesor particular, Constantin Christomanos. Además visitó otros países como Portugal, España, Marruecos, Argelia, Malta, Grecia, Turquía y Egipto.
Entre otras excentricidades, al final de su vida, se hizo tatuar un ancla en el hombro, por el amor que sentía por el mar y las travesías y por sentirse sin patria propia y se hacía atar al mástil de su barco durante las tormentas.
Paseaba a diario durante ocho largas horas, llegando a extenuar a varias de sus damas de su séquito. Adoraba viajar, no permaneciendo en el mismo lugar más de dos semanas.
Isabel a caballo
La necesidad de esparcimiento al aire libre la heredó de su padre, el duque Maximiliano, hombre de espíritu liberal que inculcó a sus nueve hijos el amor por la montaña, el campo, los animales, la equitación y hasta la acrobacia circense. Una vez cumplidos los 40 años, Isabel siguió con sus clases de acrobacia sobre caballo a galope con Elise Renz, la hija de un director de circo. Su afán perfeccionista como amazona no sólo afectaba al arte de montar, que realizaba muy femeninamente de lado, sino también a su atavío. Una vez sentada en el caballo, mandaba coser su traje de falda larga para que los pliegues tuvieran la caída perfecta.
Se negó a practicar deportes de moda como el tenis. La necesidad de un compañero de juego, contradecía sus ansias de independencia. Practicó la natación, la esgrima, el senderismo y a los 60 años, poco antes de morir, aprendió a montar en bicicleta.
Disfrutó de la literatura, en especial de las obras de William Shakespeare, de Friedrich Hegel y de su poeta predilecto, Heinrich Heine.
Detestaba el ridículo protocolo de la corte imperial de Viena, de la que procuró permanecer alejada el mayor tiempo posible y desarrolló hacia dicho protocolo una auténtica fobia que le provocaba trastornos psicosomáticos, como cefaleas, náuseas y depresión nerviosa. Se mantuvo alejada, siempre que pudo, de la vida pública.
Coronación de Isabel y Francisco José I
como reina y rey de Hungría
Tuvo una especial relación con Hungría, país del que fuera reina. No sólo adoraba el ardor y la vivacidad de los húngaros, sino que además influyó decisivamente en el importantísimo acuerdo que se firmó en 1867 entre Austria y Hungría, conocido como el Compromiso Austro-húngaro, por el que se creó la doble monarquía, conservando cada estado se propia administración e instituciones. A su hija Valeria, la llamaba "mi hija húngara", por haber nacido en este país.
Aunque estuvo ausente de su imperio, no dejó de estar pendiente de los asuntos de Estado. De hecho, fue la propia Isabel una de las impulsoras de la coronación de Francisco José como rey de Hungría, hecho que se produjo finalmente en 1867.
Isabel atacada por el anarquista italiano Luigi Lucheni
El 10 de septiembre de 1898, mientras paseaba por el lago Lemán de Ginebra con una de sus damas de compañía, la condesa Irma Sztaray, fue atacada por un anarquista italiano, Luigi Lucheni, que fingió tropezarse con ellas. Aprovechando su desconcierto, deslizó un fino estilete en el corazón de la emperatriz. Al principio, Isabel no fue consciente de lo que había sucedido, solamente al subir al barco que las estaba esperando, comenzó a sentirse mal y marearse. Cuando se desvaneció, su dama de compañía aviso al capitán del barco de la identidad de la emperatriz y regresaron al puerto. Al desabrochar el vestido de Isabel para que respirara mejor, su dama vió una pequeña mancha de sangre sobre el pecho, causada por el estilete, que había provocado una mínima pérdida de sangre sobre el miocardio, suficiente para causar la muerte.
Cortejo fúnebre de Isabel
Cripta Imperial donde descansan:
Isabel, Francisco José I y su hijo Rodolfo
El cuerpo de la emperatriz fue trasladado a Viena, entre el gran cortejo fúnebre que el protocolo dictaba, siendo sepultada en la Cripta Imperial o Kaisergruft, en la iglesia de los Capuchinos, en vez de en su palacio en la isla griega de Corfú, el Achilleion, donde deseaba recibir sepultura realmente, tal como indicó en su testamento.
Luigi Lucheni estaba en realidad planeando un atentado contra el pretendiente al trono francés, un príncipe de la Casa de Orléans, pero al leer en un periódico que el príncipe francés anulaba la visita y que la emperatriz se encontraba en la ciudad, cambió de víctima.
Recibió varias distinciones honoríficas:
- Soberana Gran maestre de la Orden de la Cruz Estrellada (Imperio Austrohúngaro).
- Soberana Gran maestre de la Orden del Amor al Prójimo (Imperio Austrohúngaro).
Soberana Gran maestre de la Orden de los Virtuosos (Imperio Austrohúngaro).
- Protectora de la Orden de Isabel Teresa (Imperio Austrohúngaro).
- Dama gran cruz de la Imperial Orden de San Carlos (Segundo Imperio Mexicano).
- Dama de la Orden de las Damas Nobles de la Reina María Luisa (Reino de España).
- Rosa de Oro de la Cristiandad (Ciudad del Vaticano, 1868).
Uno de los más famosos valses de Johann Strauss, que lleva el nombre de Myrthen-Kränze Walzer, Op. 154, fue estrenado en un cumpleaños de Isabel y está dedicado a ella.
Romy Schneider en el papel de Sissi
Su vida fue llevada al cine a través de tres películas austro-alemanas de los años 50: Sissí, Sissí Emperatriz y El destino de Sissí, todas ellas protagonizadas por la actriz vienesa Romy Schneider. Estas películas ofrecen una imagen edulcorada y falsa de Sissí.
Su imagen es actualmente un icono turístico de Austria. En el palacio Hofburg de Viena, que ella tanto detestaba, hay actualmente un museo en su honor. También es un icono turístico bávaro, región de origen de Isabel, con un museo en su localidad natal, Possenhofen.

sábado, 27 de junio de 2015

Manuela Sáenz Aizpuru. La Libertadora del Libertador

Manuela Sáenz
Manuela Sáenz Aizpuru, nació el 27 de diciembre de 1797 en Virreinato de Nueva Granada, Quito. Su padre la llevó a la casa que compartía con su esposa, Juana del Campo y Larraondo, una ilustre dama nacida en Popayán, quien trató a la niña con cariño y le enseñó buenas costumbres, fomentó su interés por la lectura y la  trató como si fuera su hija. Tuvo un profundo lazo de amor con su hermano de padre, José María Sáenz. En sus primeros años de vida, cuando salió del internado para pasar unos días en Cataguango, conoció a Natán y Jonatás, dos niñas negras, con las que inició una amistad que duraría toda la vida.
Después de haber completado su formación con las monjas conceptas, pasó al monasterio de Santa Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo Domingo, para completar la educación que en esos días se impartía a las señoritas de las más importantes familias de la ciudad. En este lugar, aprendió a bordar, a elaborar dulces y a comunicarse en inglés y francés, habilidades y labores con las que se mantendría en sus años de exilio en Paita (Perú).
A los 17 años, huyó del convento, al parecer fue seducida y luego abandonada por Fausto D'Elhuyar, oficial del Ejército Real, sobrino de José Elhúyar e hijo de Fausto Elhúyar.
James Thorme
En diciembre de 1816, Manuela, que entonces contaba 19 años, conoció en Quito a James Thorme, un acaudalado médico inglés, veintiséis años mayor que ella. Su padre, como era la costumbre en aquella época y por razones de conveniencia, pactó su boda para julio de 1817. La boda se celebró en Lima, entonces capital del Virreinato del Perú. Manuela fue aceptada en el ambiente aristocrático de la ciudad virreinal al desconocer las condiciones ilegítimas de su nacimiento.
Rosa Campuzano
En Lima, Perú, conoció a Rosa Campuzano, con quien hizo una gran amistad y se involucró de lleno en actividades políticas, en una atmósfera de descontento con las autoridades españolas. Las mujeres tenían una gran influencia en los círculos virreinales para conseguir empleos a sus padres, esposo e hijos, por lo que estaban informadas de todos los acontecimientos  en el virreinato y tuvieron una decidida participación en los movimientos revolucionarios, apoyando la causa de Simón Bolívar por liberar la Nueva Granada y la de José de San Martín por independizar el Perú. En este ambiente, Manuela contribuyó en el cambio del Batallón Numancia, del cual formaba parte su hermano José María.
Por sus actividades pro independentistas, San Martín, después de haber tomado Lima con sus milicianos y proclamado su independencia el 28 de julio de 1821, concedió a Manuela el título de "Caballeresa de la Orden El Sol del Perú".
José María Sáenz
En 1821, al morir su tía materna, Manuela regresó a Ecuador para reclamar su parte de la herencia de su abuelo materno. Viajó con su hermano José María Sáenz que era oficial del batallón Numancia, integrado al ejército liberador con el nombre de Voltígeros de la Guardia y bajo las órdenes del general Antonio José de Sucre.
Manuela Sáenz y Simón Bolívar
El 16 de junio de 1822, Simón Bolívar "El Libertador", junto a Antonio José Sucre, entraron en Quito, Ecuador, en medio de cohetes, fuegos artificiales y repiques de campanas para celebrar la reciente liberación de la ciudad del dominio español. 
El pueblo aclamaba a sus libertadores en una gran fiesta. Desde los balcones les lanzaban flores las mujeres del pueblo. Entre ellas se encontraba Manuelita Sáenz con 24 años de edad que se enamoraría de Bolívar ese mismo día en el baile del municipio. Manuela sería el gran amor de su vida y su más fiel defensora hasta 1830, año en el que moriría Simón Bolívar.
Su marido le pidió que volviera a su lado en varias ocasiones pero Manuela fue contundente: seguiría con Bolívar y daba por finalizado su matrimonio con el inglés. Este comportamiento indecente para una mujer de la época, marcó un antecedente de autodeterminismo en la mujer en una época donde las mujeres eran reprimidas por una sociedad que las anulaba completamente.
Simón Bolívar
El 25 de septiembre de 1828, en su estancia en Santa Fé de Bogotá, Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de Manuela. Un grupo de partidarios de Francisco de Paula Santander, intentó asesinar al Libertador en el Palacio de San Carlos, frente al Teatro Colón, Manuela se dio cuenta del atentado y espada en mano, se enfrentó a los rebeldes, con el fin de que Bolívar tuviera tiempo de escapar por la ventana. En conmemoración de estos hechos, en esta casa se colocó una placa con las siguientes palabras: "Detente, espectador, un momento y mira el lugar por donde se salvó el Padre y Libertador de la Patria, Simón Bolívar, en la nefanda noche septembrina, 1828". Por estas acciones, Bolívar la llamó la Libertadora del Libertador.
El 8 de mayo de 1830, Bolívar abandonó la capital después de que fuera aceptada su dimisión a la presidencia y en diciembre de ese mismo año falleció en la ciudad de Santa Marta a causa de una tuberculosis, sumiendo a Manuela en la desesperación.
Francisco de Paula Santander
En 1834, el gobierno de Francisco de Paula Santander, destierra a Manuela de Colombia y ella tiene que partir hacia el exilio en la isla de Jamaica.
Vicente Rocafuerte
En 1835, regresó a Ecuador, pero no logró llegar a Quito; cuando se encontraba en Guaranda, su pasaporte fue revocado por el presidente Vicente Rocafuerte, por lo que dicidió instalarse en el puerto de Patia, al norte de Perú. Allí fue visitada por ilustres personajes, como el patriota italiano Giuseppe Garibaldi, el escritor peruano Ricardo Palma o el venezolano Simón Rodríguez.
Durante los siguientes 25 años, se dedicó a la venta de tabaco, además de traducir y escribir cartas a los Estados Unidos de parte de los balleneros que pasaban por la zona, de hacer bordados y dulces de encargo.
En 1847, muere su esposo asesinado, siendo incapaz de cobrar ni siquiera los 8.000 pesos de la dote entregada por su padre en el momento de su matrimonio.
El 23 de noviembre de 1856, a los 59 años de edad, muere durante una epidemia de difteria que azotó la región. Su cuerpo fue sepultado en una fosa común del cementerio local y todas sus posesiones fueron incineradas para evitar el contagio, incluidas una parte importante de las cartas de amor de Bolívar y documentos de la Gran Colombia, que aún mantenía bajo su custodia. Manuela entregó a O'Leary gran parte de documentos para elaborar la voluminosa biografía sobre Bolívar.
Manuela Sáenz es sin duda uno de los personajes más interesantes de las guerras de independencia de América del Sur, así como una de las más grandes defensoras de los derechos de la mujer. En su tiempo fue duramente criticada por algunos contemporáneos debido a su actitud extrovertida y provocadora para la época y a la influencia política que llegó a ejercer, llegando a ser incluso desterrada.
Aún muchas décadas después de su muerte, influyentes intelectuales e historiadores, omitieron su vida en sus obras sobre la historia de la campaña libertadora y otros la limitaron a una función decorativa romántica y aun denigrante, creando una leyenda sexual alrededor de su figura.
Solo en la mitad del siglo XX, gracias al revisionismo histórico, aparecen biografías y ensayos en los que se empieza a reivindicar su papel como líder en la gesta libertadora de lo que hoy son Colombia, Ecuador y Perú. Estos últimos años ha sido convertida en un icono del feminismo latinoamericano e igual que sigue teniendo detractores, su vida también es exaltada por escritores e historiadores respetables como Alfonso Rumazo, Germán Arciniegas o Pablo Neruda.
En el barrio San Marcos, sector del Centro Histórico de Quito, Perú, existe un museo dedicado a su memoria, creado en 1994. En la capital ecuatoriana, también hay un pequeño busto en el parque de La Alameda y una calle con su nombre. 
Rafael Correa
Manuela había combatido en la Batalla de Pichincha, a su regreso a Perú, recibió el grado de teniente de húsares del Ejercito Libertador. Posteriormente combatió en la de Ayacucho bajo las órdenes del mariscal Antonio José de Sucre, quien le sugirió a Bolívar su ascenso a coronela, rango que le fue concedido. El 22 de mayo de 2007, en la conmemoración de la Batalla de Pichincha, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, le concedió a Manuela el grado de generala de honor de la República de Ecuador.  En 2010, durante la ceremonia por los 188 años de la Batalla de Pichincha, fue develado un busto de Manuela en el Salón de Armas del Templo de la Patria.
En Bogotá, existe el museo "La Casa de Manuelita Sáenz", ubicado en la casa donde Manuela habitó de 1828 a 1830, hasta después de la muerte de Bolívar, cuando es obligada a abandonarla. Situado en la Plazuela Rufino José Cuervo, en la Candelaria, barrio histórico de Bogotá, este museo, integrado con el Museo de Trajes Regionales, dedica un espacio al estilo y vestuario de Manuela.
En el sur de Bogotá, en la ciudad de Cali y en el municipio de Dosquebradas, existen colegios o centros educativos que llevan el nombre de Manuelita Sáenz.
En el 2010 la alcaldía mayor de Bogotá, en la celebración del bicentenario de la independencia de Colombia, programó un homenaje a Manuela, con actos que incluyeron: el 8 de julio, la lectura de sus cartas a cargo de actrices colombianas frente al Palacio de San Carlos y el 9 de julio, un acto de despedida en la Quinta de Bolívar de la caravana proveniente de Ecuador que llevaba restos simbólicos de Manuela a Venezuela.
El 5 de julio de 2010, en la conmemoración del 199 aniversario de la firma del Acta de Independencia de Venezuela, llegó al Panteón Nacional un cofre que contenía tierra de la localidad peruana de Patia, donde fue enterrada Manuela Sáenz. Estos simbólicos restos fueron trasladados por tierra, atravesando Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela hasta llegar a Caracas, donde reposan en un sarcófago diseñado para para tal fin junto al Altar Principal, en el que yacen los restos de Simón Bolívar. Además se le concedió póstumamente el ascenso a generala de división del Ejército Nacional Bolivariano por su participación en la guerra independentista, en un acto que contó con la presencia de los presidentes de Ecuador y Venezuela.
En 2013, el gobierno de Venezuela, inauguró un monumento a Manuela, denominado Rosa Roja de Patia. Una escultura de 14 metros ubicada justo al lado del Mausoleo de Simón Bolívar en Caracas.

martes, 9 de junio de 2015

GABRIELA MISTRAL. Una vida dedicada a la educación y a la poesía

Gabriela Mistral
Gabriela Mistral, seudónimo de Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayaga, nació el 7 de abril de 1889 en Vicuña, provincia de Elqui, región de Coquimbo, Chile. Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor, y de Petronila Alcayaga Rojas, de ascendencia vasca.
A los diez días de nacer, sus padres se la llevaron a La Unión (Pisco Elqui), pero su "amado pueblo, como ella misma decía, era Montegrande, donde vivió de los tres a los nueve años y donde pidió que algún día le dieran sepultura.
Sus abuelos paternos, Gregorio Godoy e Isabel Villanueva, eran oriundos de la actual región de Antofagasta y los maternos, Francisco Alcayaga Barraza y Lucía Rojas Miranda, eran descendientes de familias propietarias de tierras del valle de Elqui.
Su padre abandonó el hogar cuando Gabriela contaba aproximadamente tres años. Ella siempre lo defendió y lo quiso y cuenta que al leer unos versos de su padre, que encontró revolviendo papeles, despertaron en ella la pasión poética.
En 1904, a los 15 años, se enamoró platónicamente de Alfredo Videla Pineda, un hombre rico y bien parecido, más de 20 años mayor que ella, con el que se carteó durante casi año y medio. Este mismo año, comenzó a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la Compañia Baja (en La Serena) y empezó a mandar colaboraciones al diario serenense "El Coquimbo". Al año siguiente continuó escribiendo en él y en "La Voz de Elqui", de Vicuña.
Desde 1908 fue maestra en la localidad de La Cantera y después en Los Cerrillos, camino a Ovalle. En 1910, convalidó sus conocimientos ante la Escuela Normal Nº 1 de Santiago y obtuvo el título oficial de "profesora de Estado", con lo que pudo ejercer la docencia en el nivel secundario. Este hecho le costó la rivalidad de sus colegas, puesto que este título lo recibió mediante convalidación de sus conocimientos y experiencia, sin haber asistido al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Su valía profesional quedó demostrada al ser contratada por el Gobierno de México para asentar las bases de su nuevo sistema educacional, modelo que actualmente se mantiene vigente, salvo algunas reformas para actualizarlo.
Frédéric Mistral
Gabriele D'Annunzio
El 12 de diciembre de 1914, obtuvo el primer premio en el concurso de literatura de los "Juegos Florales", organizados por la FECh en Santiago, por sus "Sonetos de la muerte". Desde entonces utilizó el seudónimo literario "Gabriela Mistral" en casi todos sus escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos: el italiano Gabriele D'Annunzio y el francés Frédéric Mistral.

Selva Lírica
El 6 de septiembre de 1912, Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya, por medio de una publicación en Pluma y Lápiz, invitaron a los creadores de todo el país a participar en una antología de la poesía chilena, por la celebración del centenario, pretendiendo llegar a la esencia de la poesía chilena. Se instalaron en la oficina de Molina, ubicada en la calle Morendé 458 de la ciudad de Santiago. Comenzó la discusión, el análisis y la redacción de "Selva Lírica", que apareció publicada en 1917 en una edición realizada por la Sociedad Imprenta y Litografía Universo.
"Selva Lírica" no dejó indiferente a nadie que se considerara parte del mundo de las letras chilenas. Fue aplaudida y fuertemente criticada, principalmente por su organización cronológica. En la primera parte aparecen los que, según los autores, son los grandes poetas, entre los que se encuentran: Manuel Magallanes Moure, Francisco Contreras y Gabriela Mistral, que todavía firmaba como Lucila Godoy, siendo de las últimas publicaciones en que utiliza su verdadero nombre.
Desempeñó el cargo de inspectora en el Liceo de Señoritas de La Serena. Como destacada educadora, visitó México, Estados Unidos y Europa, estudiando las escuelas y los métodos educativos de estos países. Fue profesora invitada en las universidades de Barnad, Middlebury y Puerto Rico.
Pablo Neruda
En Punta Arenas, dirigió su primer liceo, pero Gabriela no soportaba bien el clima polar y pidió un traslado. En 1920, se mudó a Temuco, desde donde partió a Santiago al año siguiente. Durante su estancia en la Araucanía, conoció a un joven llamado Neflatí Reyes, quien posteriormente sería conocido mundialmente como Pablo Neruda.
Gabriela aspiraba a un nuevo desafío después de haber dirigido dos liceos de pésima calidad. Opositó y ganó el prestigioso puesto de directora del Liceo Nº 6 de Santiago, pero los profesores no la recibieron bien, reprochándole su falta de estudios profesionales.
En 1922, en Nueva York, aparece "Desolación", considerada su primera obra maestra. Fue publicada por el Instituto de Las Españas, a iniciativa de su director Federico de Onís. La mayoría de los poemas que forman este libro, los había escrito diez años atrás, mientras residía en la localidad de Coquimbito. El 23 de junio de ese año, Gabriela, en compañía de Laura Rodig, zarpó hacia México en el vapor Orcoma, invitada por el entonces ministro de educación José Vasconcelos. Allí permaneció casi dos años, trabajando con los intelectuales más destacados del mundo hispanohablantes en aquel entonces.
En 1923, en Mexico, se publicó su libro "Lecturas para mujeres", en Chile, apareció la segunda edición de "Desolación", con una tirada de 20.000 ejemplares y en España apareció la antología "Las mejores poesías" con prólogo de Manuel de Montoliú.
En 1924, publicó en Madrid, "Ternura", libro en el que practicó una novedosa poesía escolar, renovando los géneros tradicionales de la poesía infantil.
Gabriela Mistral y Yin Yin
El 1 de abril de 1925 nació en Barcelona su sobrino Juan Miguel, al que llamó cariñosamente "Yin Yin". Era hijo de la española Marta Mendoza y de Carlos Miguel Godoy Vallejos, medio hermano de la poetisa. Tras la repentina muerte de su madre, a inicios de 1926, su hermanastro se lo entregó, comprometiéndose a no reclamarlo jamás. Desde ese momento Yin Yin acompañó a Gabriela en todos sus viajes. Yin Yin creció junto a la poetisa, considerándola como su madre.
Tras una gira por Estados Unidos y Europa, volvió a Chile, donde la situación política era tan tensa que se vio obligada a partir de nuevo, instalándose en Europa como secretaria de una de las secciones de la Liga de Naciones en 1926. Ese mismo año, ocupó la secretaría del Instituto de Cooperación Internacional, de la Sociedad de las Naciones en Ginebra.
En 1929, murió su madre, Petronila Alcayaga, por lo que le dedicó la primera parte de su libro "Tala".
Augusto Sandino
Sin un puesto fijo donde utilizar su talento, decidió vivir entre América y Europa. Viajó a la isla de Puerto Rico en 1931, como parte de un tour del Caribe y de América del Sur. Es en esta gira donde es nombrada "Benemérita del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional", en Nicaragua, por el general Augusto Sandino, a quien había dado su apoyo en numerosos escritos. Dio discursos en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, en Santo Domingo, en Cuba y en todos los países de América Central.
A partir de 1933, trabajó durante veinte años, como cónsul de su país en ciudades de Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco y fue muy influyente en la obra creativa de muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz.
El 14 de agosto de 1943, a los 17 años de edad, murió su querido YinYin, dejando solo una tímida nota: "Querida mamá, creo que mejor hago en abandonar las cosas como están. No he sabido vencer. Espero que en otro mundo exista más felicidad". Gabriela escribió: "Nadie podrá entender mi espanto de hallarme a mi Yin Yin agonizando de arsénico. Nada, nada me había preparado para este golpazo. Y nada hubiera podido prepararme". Gabriela nunca creyó en el suicidio de Juan Miguel. Siempre afirmó: "Me mataron a mi hijo", aunque el informe médico señalaba lo contrario.
Gabriela Mistral
recibiendo el Premio Nóvel de Literatura
de manos del rey Gustavo de Suecia
En 1945, en Petrópolis, la ciudad brasileña donde desempeñaba la labor de cónsul desde 1941, recibió la noticia de que había ganado el Nobel de Literatura. El motivo para otorgarle el premio fue "su obra lírica", inspirada en poderosas emociones, que ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano.
A finales de 1945, regresó a Estados Unidos por cuarta vez, como cónsul en Los Ángeles y con el dinero ganado con el premio, se compró una casa en Santa Bárbara. Fue allí donde al año siguiente escribió gran parte de "Lagar I", en muchos de cuyos poemas se observa la huella de la Segunda Guerra Mundial y que sería publicado en Chile en 1954.
En 1946, conoció a Doris Dana, una escritora y bachiller estadounidense con quien estableció una controvertida relación y de quien no se separaría hasta su muerte.
En 1953 fue nombrada cónsul en Nueva York, cargó que consiguió para estar junto a Doris Dana. La correspondencia entre Doris Dana y Gabriela Mistral, revela aparentemente el establecimiento de una sólida relación, interpretada por muchos, como homosexual entre ambas, cosa que Dana negó hasta el final de sus días.
Gabriela Mistral y Doris Dana
En 1954, Gabriela fue recibida con honores tras la invitación del gobierno de Chile, encabezado por Carlos Ibáñez del Campo. Acudió acompañada por Doris Dana, a quien la prensa nacional identificaba como "la secretaria de Mistral". En Santiago se había declarado día festivo, la esperaban las autoridades de la capital, mientras su auto descubierto era escoltado por patrullas de carabineros, seguidas de huasos a caballo y escolares destacados de diferentes colegios portando banderas. Pasó por un arco de triunfo hecho con flores frescas en la Alameda con España y a su paso la gente le lanzaba flores. Por la tarde, fue recibida en La Moneda por el presidente Carlos Ibáñez del Campo y al día siguiente, se la honró con el título honoris causa por la Universidad de Chile.
Doris Atkinson
Regresó a Nueva York, pero esta ciudad le resultaba demasiado fría y como había vendido su propiedad en California, le propuso a Doris comprar una casa a nombre de las dos en algún lugar más cálido, pero al final terminó acomodándose en Long Island, en la mansión de la familia de Doris Dana. En esta época, Doris comenzó un minucioso registro de cada conversación que tenía con Gabriela. Acumuló un total de 250 cartas y miles de ensayos literarios, que hoy constituyen el más importante legado mistraliano y que fue donado por su sobrina Doris Atkinson, después de la muerte de su tía, acaecida en noviembre de 2006.
El 10 de enero de 1957, a la edad de 67 años, Gabriela murió a causa de un cáncer de páncreas, en el hospital de Hempstead, en la ciudad de Nueva York, estando Doris presente.
Doris Dana permaneció como albacea de la obra de Gabriela y evitó enviarla a Chile hasta que no reconociera a la poeta como correspondía  a su estatura mundial. Incluso declinó una invitación de parte del gobierno del presidente Ricardo Lagos Escobar.
Montegrande
En su testamento, Gabriela estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur, debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia y el de la venta en otras partes del mundo, a Doris Dana y Palma Guillén, quien renunció a esa herencia en beneficio de los niños pobres de Chile. Esta petición de la poeta no se había podido realizar debido al decreto 2160, que derivaba los fondos a editoriales e intelectuales. Este decreto fue derogado y actualmente los ingresos producto de su obra, llegan a los niños de Montegrande en el valle del Elqui.
La sobrina de Doris Dana, Doris Atkinson, donó finalmente al Gobierno chileno el legado literario de Gabriela: más de 40.000 documentos, custodiados actualmente en los archivos de la Biblioteca Nacional de Chile, incluidas las 250 cartas escogidas por Zegers para su publicación.
Tumba de Gabriela Mistral
El 19 de enero de 1957, llegaron sus restos a Chile, fueron velados en la casa central de la Universidad de Chile, para después ser enterrados en Montegrande, como era su deseo. El 7 de abril de 1991, en su honor, el cerro Fraile pasó a llamarse Gabriela Mistral.
En 1979, la Organización de los Estados Unidos Americanos, instituyó el Premio Interamericano de Cultura "Gabriela Mistral", con el propósito de reconocer y premiar a quienes han contribuido a la identificación y enriquecimiento de la cultura propia de América y de sus regiones o individualidades culturales. Fue otorgado por primera vez en 1984. Además hay una serie de otros premios y concursos que también llevan su nombre.
En 1981, en Chile, fue fundada una universidad privada que lleva su nombre: la Universidad Gabriela Mistral. En 1997, el gobierno de Chile instituyó en su honor la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral.
El 15 de noviembre de 2005, recibió un homenaje en el Metro de Santiago en conmemoración de los sesenta años de su recepción del premio Nobel. Se le dedicó un tren boa, tapizado con fotografías de la poeta.
Prácticamente todas las ciudades importantes de Chile poseen una calle, plaza o avenida bautizada en honor a ella con su nombre literario.
En diciembre de 2007, llegó a Chile gran parte del material retenido en Estados Unidos por su primera albacea, Doris Dana. Lo recibió la ministra chilena de cultura Paulina Urrutia, junto a Doris Atkinson, la nueva albacea. El trabajo de recopilación, transcripción y clasificación ha sido hecho por el humanista chileno Luis Vargas Saavedra que, al mismo tiempo, ha preparado una edición del trabajo llamada "Almácigo".
Centro Cultural Gabriela Mistral
El 19 de octubre de 2009, se renombró el edificio Diego Portales como Centro Cultural Gabriela Mistral. La presidenta de la República Michelle Bachelet, promulgó la ley 20386, publicada el 27 de octubre de 2009, que cambió la denominación del edificio a Centro Cultural Gabriela Mistral, con la finalidad de perpetuar su memoria y honrar su nombre y su contribución a la conformación del patrimonio cultural de Chile y de las letras hispanoamericanas.

sábado, 23 de mayo de 2015

GOLDA MEIR. La creación y defensa de Israel, su razón de ser

Golda Meir
Golda Meir nació el 3 de mayo de 1898 en Kiev, Ucrania, con el nombre de Golda Mabovitch. Fue la séptima de los ocho hijos de los Mabovitch, una familia de condición muy humilde, radicada en Kiev, actual capital de Ucrania y que en aquella época formaba parte del Imperio ruso. Cinco de sus hermanos mayores murieron de pequeños a causa de la pobreza y las enfermedades.
Su familia era judía, tradicionalista, aunque no religiosa, que sufrió los pogromos (del ruso pogrom, "devastación", consiste en el linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, de un grupo particular, étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción o expolio de sus bienes; casas, tiendas, centros religiosos, etc.) antisemitas que asolaron a los judíos europeos a principios del siglo xx.
Su padre, Moshé, un modesto carpintero, emigró en 1903 a los Estados Unidos en busca de sustento, dejando a Golda que entonces contaba 5 años, junto a su madre, una mujer muy autoritaria, y a sus hermanas; la pequeña Zipke y su hermana mayor, Sheyna. Golda admiraba a Sheyna, que se había afiliado a los círculos sionistas socialistas clandestinos, castigados duramente por las autoridades del Zar. En ese mismo año (1903), pogromos especialmente violentos, provocaron las protestas de la comunidad judía en Rusia. Golda con sólo 5 años, quiso participar en las protestas, pero la familia no lo permitió.
Sumidas en la miseria, Golda, su madre y sus hermanas se marcharon a Pinsk (hoy Bielorrusia), a casa de su familia materna, en busca de una mejor vida. Pero el hambre era tal, que apenas podían alimentarse. Esta situación, sumada a que las actividades prohibidas de Sheyna amenazaban la seguridad de la familia, hizo que en 1906 emigrasen a Milwaukee, Wisconsin, para reunirse con su padre. Estos primeros años de su vida marcaron su carácter, el carácter de una mujer que más tarde recibiría el apodo de "la mujer de hierro".
Durante el tiempo que Moshé estuvo en los Estados Unidos pudo ahorrar el dinero suficiente para reunir a toda la familia. Blume, la madre de Golda, abrió una tienda de comestibles en el sector norte de Milwaukee, donde Golda quedaba al frente con tan solo ocho años cuando su madre salía al mercado a comprar provisiones.
Desde 1906 hasta 1912, Golda asistió a la escuela "Fourth Street School", que, en 1979 fue renombrada como "Golda Meir School" en su honor. En 1912 con catorce años empezó a estudiar en la escuela de secundaria "North Division High School" y por las tardes ayudaba a su madre a atender la tienda. Su madre creía que Golda ya tenía suficiente educación y, por lo tanto, debía de dejar la escuela para casarse con un hombre mayor. Golda no estaba de acuerdo y cuando su madre empezaba a buscarle esposo, se escapó de su hogar con 14 años. Compró un billete de tren para Denver, Colorado y se fue a vivir con su hermana, casada con Shamai Korngold.
En casa de su hermana, se llevaban a cabo tertulias nocturnas, donde Golda asistía a intensos debates sobre sionismo, literatura, sufragio femenino, sindicalismo y otros temas. Golda escribiría en su autobiografía: "Denver fue un verdadero punto de inflexión, porque ahí es donde comenzó mi verdadera educación. En Denver, mi vida se abría ante él de verdad". Fue en esas noches intelectuales donde conoció a Morris Meyerson, un pintor con quien se casaría en 1917.
En Denver vivió menos de un año, estudió y realizó algunos trabajos pero al recibir una carta de su padre, pidiéndole que volviera al hogar, Golda regresó de nuevo a Milwaukee.
Golda Meir 
Se incorporó a los estudios en el "North Division High School", donde se graduó en 1915. Una vez allí se convirtió en un miembro activo de la juventud de Poalei Zion, que más tarde se convertiría en Habonim, el movimiento juvenil sionista laborista. Asistió a encuentros con prominentes dirigentes sionistas como David Ben-Gurión e Yitzjak Ben-Zvi. Organizó una manifestación en Milwaukee como acto de repudio a los pogromos antisemitas de la época en Ucrania y Polonia, en la que fue la principal oradora y fue elegida representante de su ciudad ante el Congreso Judío Estadounidense. En 1917 Golda quiso reclutarse en la Legión Judía en los Estados Unidos pero quedó muy decepcionada cuando fue rechazada porque las jóvenes no eran aceptadas.
En 1916 y parte de 1917 asistió a la "Escuela normal de Wisconcin State College of Milwaukee" y tras su graduación, impartió clases en las escuelas públicas de Milwaukee.
En esta época de su vida, la situación económica de sus padres era más holgada, estaban más compenetrados con la vida comunitaria judía y habían adquirido cierta posición social. Sus padres estaban abiertos a nuevas ideas y no objetaron que su hija estudiara y enseñara. Golda, sin necesidades básicas que la agobiaran, pudo dedicarse de lleno a lo que le apasionaba desde siempre: la docencia y la actividad sionista.
Golda Meir y Morris Meyerson
El 24 de diciembre de 1917 se celebró su boda con Morris Meyerson. Ellos habían planeado una ceremonia civil, pero tuvieron que ceder al deseo de la madre de Golda que exigía una ceremonia religiosa. Golda deseaba hacer aliyá (término utilizado para llamar a la inmigración judía a la Tierra de Israel) inmediatamente después de la boda, pero no pudo ser porque todos los servicios de viajes transatlánticos para pasajeros habían sido cancelados debido al estallido de la Primera Guerra Mundial. Fue entonces cuando dedicó todas sus energías a las actividades del movimiento Poalei Zion. Comenzó una campaña de recaudación de fondos para este movimiento, durante la cual viajó por todo Estados Unidos. La pareja se trasladó a Eretz Israel (La Tierra de Israel) en 1921, ya en poder británico, junto con su hermana Sheyna y su familia. Finalmente sus padres siguieron sus pasos en 1926.
Cuando la pareja llegó al Mandato Británico de Palestina, se instaló en un apartamento alquilado en Tel Aviv. Al poco tiempo pidieron incorporarse como miembros del kibutz Merhavia, en el norte del país pero la respuesta negativa del kibutz, que temió que la pareja americana fuera demasiado refinada para las rudas tareas agrícolas, no arredró a Golda, quien no cejó en sus intentos hasta que fueron aceptados.
Kibutz Merhavia
Golda disfrutó durante cuatro años en el kibutz, en los que trabajaron muy duro; plantando árboles, recolectando almendras, criando pollos y trabajando en la cocina, dejando a un lado sus aspiraciones de dedicarse a la enseñanza del inglés. Su esposo Morris pronto se hartó de la vida comunal, de las privaciones y las enfermedades. Comenzó así una desarmonía conyugal en la que Morris se negó terminantemente a tener hijos si no dejaban la comuna.
Reconociendo las capacidades de liderazgo, el kibutz eligió a Golda como su representante en la Histadrut, el sindicato de los trabajadores pero finalmente Morris ganó en su empeño de abandonar la comuna, mudándose ambos nuevamente a Tel Aviv y luego a Jerusalén, donde recibieron sendos puestos de trabajo en la constructora Solel Boné, una de las empresas de la organización sindical Histadrut.
En Jerusalén, Golda dio a luz a sus dos hijos: Menájem en 1924 y a Sara en 1926 y pasaron por una nueva etapa de estrechez, en la que lavaba la ropa sucia de todos los niños del jardín de infantes al que llevaba a su hijo mayor, por no tener cómo pagar la mensualidad. En su autobiografía recordó esta época como "la más miserable de mi vida".
En 1928 llegó un gran cambio a la vida de Golda, cuando le ofrecieron ocupar el cargo de directora de Moetzet HaPoalot (Concejo de mujeres trabajadoras), la rama femenina de la Histadrut. Golda que sufrió una irreversible ruptura conyugal, se trasladó con sus hijos a un pequeño apartamento en Tel Aviv, mientras que Morris se quedó en Jerusalén e iba a visitarles los fines de semana. Poco a poco Morris y Golda se fueron distanciando, pero nunca se divorciaron formalmente. Morris murió en 1951 de un ataque al corazón.
David Ben-Gurión
Entre 1932 y 1934, Golda fue enviada a Estados Unidos para recaudar fondos para la causa sionista. Cuando regresó se unió al Comité Ejecutivo del poderoso gremio sindical Histadrut, cargo que ocupó ininterrumpidamente hasta la creación del Estado de Israel en 1948, junto a figuras de la talla de David Ben-Gurión, Moshé Sharet y Berl Katzenelson, siendo posteriormente elegida delegada del Partido Laborista.
Franklin Delano Roosevelt
En 1938, Golda asistió como "observadora judía de Palestina" a la Conferencia de Evian, convocada por el presidente de las Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, llevada a cabo en Francia, que buscaba ayudar a los refugiados judíos que eran víctimas de las políticas discriminatorias antisemitas del régimen nazi en Alemania y Austria y que eclosionó en la Noche de los cristales rotos. Golda se enfureció ante la hipocresía de los 32 países occidentales invitados, que expresaron toda su simpatía por los perseguidos, al tiempo que se excusaban porque sus países no podrían ofrecerles refugio. Sólo la República Dominicana se comprometió a aceptar a 100.000 refugiados con generosas condiciones. Golda quedó muy decepcionada por el resultado de la conferencia y comentó a la prensa: "Sólo hay una cosa que espero ver antes de morir, y es que mi pueblo no necesite de manifestaciones de compasión nunca más".
Ernest Bevin
Por motivos humanitarios, condujo la lucha en contra de las fuertes restricciones a la inmigración judía impuestas por el Mandato inglés mediante el Libro Blanco de 1939, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. Acerca de Ernest Bevin, mimistro británico de Exteriores y acérrimo opositor a la apertura de las puertas del Mandato a los refugiados de Europa, y de su gobierno, dijo Golda al cabo de los años: "No sé si este hombre era demente, o sólo antisemita, o ambas cosas. Los responsables de la política inglesa nunca podrán perdonarnos el habernos convertido en nación sin su expreso consentimiento. No entendieron que el problema de los judíos de Europa no fue creado con el único propósito de hacer quedar mal al gobierno británico".
Al concluir la guerra, se declaró en huelga de hambre para protestar contra los centros de detención británicos destinados a los sobrevivientes del Holocausto, sintetizando así su pensamiento: "El sionismo no tiene sentido, sino para rescatar a los judíos. Tenemos la barriga llena contra los ingleses, pero nuestra principal acusación, es que su Libro Blanco nos convirtió en impotentes, mientras podíamos haber salvado cientos de miles, o aunque no fuera, decenas de miles, o incluso, ¡un solo judío!".
Acabada la Segunda Guerra Mundial, creció la tensión entre el movimiento sionista, que exigía la independencia y las autoridades británicas, a las que la situación en Palestina se les iba de las manos. Los ingleses, intentando dominar la situación, el sábado 29 de junio de 1946, llevaron a cabo una intensa operación de allanamientos y arrestos, que incluyó buena parte de la cúpula judía del Yishuv (conocida como el "Sábado Negro"). Ante esta situación de vacío de poder, Golda se convirtió en jefa del Departameno de Estado del comité central de la Agencia Judía, la Sojnut, o lo que es lo mismo, en la mano derecha de David Ben-Gurión, que se libró de la cárcel por encontrarse en Europa y virtual canciller del "Estado en camino", en lugar de Moshé Sharet, preso en los calabozos ingleses.
Debido a su dominio del ingés, fue la principal negociadora con las autoridades inglesas, acerca del Plan de partición de Palestina, al tiempo que mantenía un estrecho contacto con los principales grupos de resistencia judía armada (la "Haganá" y el "Étzel"). Tras la decisión de las Naciones Unidas del 29 de noviembre de 1947, por la que se creaba un estado judío y otro árabe y frente al rechazo total de los países árabes al plan, la cúpula sionista comprendió que la guerra era inevitable y enviaron a Golda a recaudar donaciones de la comunidad judía norteamericana para financiar la compra de armamento. Golda volvió con 50 millones de dólares, que serían utilizados para comprar armas en Europa para el naciente Estado. David Ben-Gurión describió el papel de Golda como "la mujer judía que consiguió el dinero que hizo posible la creación del Estado".
Cuatro días antes de la creación oficial del Estado, se le encomendó una delicada misión: de incógnito y disfrazada de mujer árabe, el 12 de mayo de 1948, cruzó las líneas enemigas para entrevistarse en Ammán con el rey Abdullah I de Transjordania, para instarle que se abstuviera en intervenir en la inminente contienda. Abdullah I le pidió que tuviera paciencia y que no se apresuraran a declarar la independencia, a lo que Golda le respondió: "Su eminencia, nuestro pueblo ha estado esperando por 2000 años. ¿Podría usted llamar a eso prisa?".
Creación del Estado de Israel
Dos días más tarde, el 14 de mayo de 1948, David Ben-Gurión leyó el acta de la declaración de independencia del Estado de Israel. Golda fue una de sus 25 firmantes. Más tarde recordaría: "Después de firmar, lloré. Cuando yo estudiaba la historia de los Estados Unidos y leía sobre los que firmaron la declaración de independencia, no podía imaginar que se trataba de gente real haciendo algo real. Y allí estaba yo, sentada y firmando una declaración de independencia".
Al día siguiente Israel fue atacado por una coalición de ejércitos: Egipto, Siria, Transjordana e Irak, junto con las fuerzas expedicionarias de otros países árabes y los movimientos guerrilleros árabes. Estos ataques desembocaron en la Guerra de independencia de Israel. Durante la contienda, Israel detuvo la agresión coordinada árabe y con una serie de ofensivas militares, consiguió ampliar sus posesiones territoriales.
De nuevo viajó a Estados Unidos para conseguir dinero y fue allí donde recibió el comunicado de su nombramiento como primera embajadora de Israel ante la Unión Soviética, función que cumplió desde el 2 de septiembre de 1948 a marzo de 1949. En ese momento, tener buenas relaciones con la Unión Soviética, era muy importante para que Israel se pudiera proveer de armamento desde los países de Europa Oriental, armamento importantísimo para lograr la independencia de Israel. Mientras Stalin y su Ministro de Relaciones Exteriores, buscaban cultivar una fuerte relación con Israel como medio para promover la posición soviética en Medio Oriente.
La comunidad hebrea judía rusa recibió con gran júbilo a Golda como diplomática del Estado de Israel. En su visita a la Sinagoga Coral de Moscú, la llevaron en andas junto al libro de la Torá y vitoreando su nombre. En noviembre de 1948, en una recepción ofrecida en el Kremlin al cuerpo diplomático, con motivo de 31º aniversario de la Revolución de Octubre, la esposa del Ministro de Exteriores ruso, Polina Zhemchúzhina, saludó a Golda en yidish (idioma perteneciente a las comunidades judías). A los pocos meses Polina fue detenida y condenada a cinco años de trabajos forzados en el Gulag por el NKVD, acusada de mantener "relaciones criminales con nacionalistas hebreos", siendo su marido destituido del cargo que ocupaba.
El tiempo que estuvo de embajadora en la Unión Soviética, intentó que las autoridades estalinistas suavizaran el trato a la comunidad judía y que eliminaran las trabas a la aliyá (término utilizado para llamar a la inmigración judía a la Tierra de Israel), sin mucho éxito. Las relaciones soviético-israelíes se vieron complicadas por la política soviética en contra de las instituciones religiosas y los movimientos nacionalistas, cerrando instituciones religiosas judías, así como la prohibición del estudio del hebreo.
En 1955, por instrucciones de Ben Gurión, se postuló para el cargo de alcaldesa de Tel Aviv, pero perdió por solo dos votos del bloque religioso, que le negó su apoyo sobre la base de que ella era mujer.
Knéset
En 1949, resultó electa diputada por su partido, el Mapai, a la primera legislatura de la Knéset (parlamento de Israel, compuesto por una única cámara de 120 escaños), cargo que desempeñó de forma continua hasta 1974.
En 1956, David Ben-Gurión la mandó llamar, para nombrarla ministra de Trabajo y Seguridad Social, cargo que ocupó hasta 1956, realizando grandes proyectos como la construcción de carreteras y viviendas. También apoyó la política de inmigración sin restricciones. Este cargo lo obtuvo a pesar de la hostilidad de los laboristas, ya que muchos consideraban riesgoso tener a una mujer al frente del Ministerio de Trabajo. Pese a las críticas, Golda, profundamente comprometida con la solución de los problemas de seguridad social que abordaron los nuevos pobladores, desarrolló un estupendo trabajo en la asignación de viviendas y puestos de trabajo.
El primer ministro Ben Gurión le encomendó la tarea de obtener fondos para la construcción de alojamiento para la oleada de inmigrantes que llegaban huyendo o eran expulsados de los países árabes. Partió a Estados Unidos y consiguió fondos de la comunidad norteamericana. Así diseñó lo que se conoce como el "Plan Meyerson", que le permitió la construcción de más de 30.000 unidades de una sola habitación. También supervisó la construcción de unos 200.000 apartamentos para las familias que habían inmigrado recientemente a Israel.
De 1956 a 1966, pasó a ocupar la cartera de Asuntos Exteriores bajo el primer ministro Ben Gurión. Su predecesor había pedido a todos los miembros del servicio exterior hebraizar sus apellidos. Tras su nombramiento, se acordó que su apellido sería "Meir", que significa "iluminado", pero Golda fue renuente a realizar este cambio y decidió mantener el de Meyerson, apellido de su difunto marido.
Desplegó una intensa actividad para fortalecer las relaciones con los Estados Unidos y para restablecer numerosas relaciones bilaterales con los países de América Latina, así como para lograr el reconocimiento y apoyo para Israel por parte de los nuevos países independientes que surgían de la descolonización africana. Golda creía que Israel tenía experiencia en la construcción de una nación que podría ser modelo para los africanos.
Gamal Abdel Nasser
En septiembre de 1956, dos meses después de su nombramiento, el presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, nacionalizó el Canal de Suez. La delegación de Golda guió a Israel en conversaciones secretas con Francia, el objetivo de estas conversaciones era un posible ataque israelí contra Nasser con el apoyo de Francia y la compra de armas a este país. Las posteriores negociaciones entre Israel y el futuro acuerdo anglo-francés para el ataque, desembocaron en lo que más tarde sería conocida como la Guerra del Sinaí. En diciembre de ese mismo año fue a los Estados Unidos y en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, defendió a Israel, la Guerra del Sinaí y la presencia israelí en la península del Sinaí, que Israel capturó en la guerra.
En 1965 y 1968, estuvo a punto de anunciar su retirada de la vida política por graves problemas de salud, pero terminó retractándose a petición de sus compañeros, para evitar que las rivalidades personales entre los líderes socialistas acabaran con la unidad del partido. En 1965 se enfrentó duramente a Ben Gurión, que abandonó el partido Laborista, quedando Golda como secretaria general del partido. Trabajó activamente en la reunificación de todas las fuerzas socialistas parlamentarias, en el Partido Laborista Unificado.
Abba Eban
Le fue detectado un linfoma, pero se ocultó al público, comenzando un tratamiento de quimioterapia secretamente. En enero de 1966 dejó el Ministerio de Relaciones Exteriores a causa del agotamiento y la enfermedad, siendo reemplazada por Abba Eban para realizar su función, pero continuó con sus obligaciones en el Knéset.
Levi Eshkol
En febrero de 1969, muere el primer ministro Levi Eshkol. Golda que se encontraba alejada del gobierno debido a su enfermedad, fue elegida para sustituirle, con el cargo de candidato de compromiso. Al poco tiempo se celebraron las elecciones generales para la sexta legislatura de la Knéset, de las que salió respaldada por una holgada representación parlamentaria (56 de 120 escaños). Aun así prefirió proseguir con el gobierno de coalición nacional, vigente desde la Guerra de los Seis Días, para lo que sumó a su gobierno a Menágen Beguin y a su agrupación de derechas.
Golda Meir y Richard Nixon
el 25 de septiembre de 1969
En 1969 y principios de 1970, Golda se reunió con muchos líderes mundiales para promover la paz en Oriene Medio, entre los que se encontraban Richard Nixon y el Papa Pablo VI. En 1973 recibió la visita en Israel del canciller de Alamania Federal, Willy Brandt.
En agosto de 1070, aceptó una iniciativa de paz presentada por los Estados Unidos, conocida como Plan Rogers, llamando a la finalización de la Guerra de Desgaste, involucrando a ambos lados, tanto árabes como israelíes. Los israelíes se comprometían a retirarse de las tierras conquistadas a cambio de fronteras "seguras y reconocidas", pero a pesar de este compromiso por parte de Israel, Egipto rechazó el plan. El partido de Gahal abandonó la coalición del gobierno de unidad nacional en señal de protesta, pero Golda siguió al frente con el resto de la coalición.
En septiembre de 1970 viajó a los Estados Unidos, para entrevistarse con el presidente Richard Nixon. Durante su gira por el país norteamericano se detuvo en Filadelfia, donde fue recibida por más de 30.000 judíos estadounidenses. Posteriormente fue invitada a la Casa Blanca, donde recibió los más altos honores, civiles y militares.
Placa conmemorativa
en el edificio de los atletas israelíes
En agosto y septiembre de 1972 se celebraron los Juegos Olímpicos de Verano en Múnich, Alemania Federal. Ocho miembros de la organización terrorista palestina, Septiembre Negro, irrumpieron en la villa olímpica, tomando como rehenes a once atletas olímpicos israelíes, asesinando a dos de ellos en el acto. Los terroristas exigieron la liberación de 234 árabes detenidos en prisiones israelíes y la liberación de los fundadores de la organización terrorista alemana Facción del Ejército Rojo, Andreas Baader y Ulrike Meinhof, que se encontraban en cárceles alemanas. Este suceso sería conocido como la Masacre de Múnich.
Golda se negó a negociar con los terroristas y dijo: "Si negociamos, ningún israelíe estará seguro en cualquier parte del mundo en toda su vida". El gobierno israelí movilizó a la unidad antiterrorista Sayeret Matkal, pero el gobierno alemán no permitió que ingresara en su territorio. Los alemanes ofrecieron a los secuestradores una cantidad ilimitada de dinero y un avión a cambio de los rehenes. Los terroristas, junto con los israelíes, volaron en helicópteros al aeropuerto, pero la operación de rescate de los alemanes falló y los nueve rehenes restantes fueron asesinados por los terroristas palestinos. Golda hizo un llamamiento al mundo para "salvar a nuestros ciudadanos y condenar los atroces actos criminales cometidos".
Indignada por la aparente falta de acción mundial, Golda ordenó a los Servicios de Inteligencia israelíes dar alcance a todos los cabecillas e involucrados de las organizaciones terroristas de Septiembre Negro y del Frente Popular para la Liberación de Palestina que participaron en la "Masacre de Múnich", en un operativo que dio en llamarse "Cólera de Dios". Dicha operación culminó con la persecución y eliminación de todos los terroristas palestinos que participaron en el asesinato de los atletas.
Castillo Schönau 
Debido a las buenas relaciones con la Unión Soviética, unos 200.000 judíos soviéticos emigraron hacia Israel a través de Austria. Muchos de estos emigrantes pasaban por el Castillo Schönau, en la Baja Austria, que era utilizado por el gobierno austriaco como un campo de tránsito antes de emigrar. El 28 de septiembre de 1973, siete de estos emigrantes judíos fueron tomados como rehenes en Austria, en un tren sobre la frontera austro-checoslovaca por un gavilla de terroristas árabes de Siria. Entre los rehenes se encontraban un hombre de 73 años, una mujer embarazada y un niño de 3 años de edad. La agrupación terrorista exigió el cierre del centro de tránsito de Schönau, además de exigir un salvoconducto a un país árabe. De no cumplirse sus exigencias matarían a todos los rehenes. El canciller austriaco Bruno Kreisky cedió a las demandas y ordenó cerrar las instalaciones de la Agencia Judía.
Bruno Kreisky
Golda, desvió su vuelo de regreso a Israel desde el Consejo de Europa para tratar de convencer a Kreisky de no ceder a las demandas y no sucumbir al chantaje terrorista. El canciller austriaco se negó a cambiar su posición y Golda regresó a Israel enfurecida. Con el centro cerrado, los terroristas fueron trasladados a Libia. Unos meses más tarde, Austria abrió un nuevo campo de transición en la Asociación Nacional de Wöllersdorf de la Cruz Roja de Baja Austria para refugiados.
El incidente de Austria distrajo la atención israelí, cuando debían de estar centrados en fortalecer sus fronteras con Egipto y Siria. Fue uno de los grandes errores de la inteligencia israelí, al no prever el sorpresivo ataque de la Guerra de Yom Kipur.
En 1973, Israel hubo de hacer frente a una nueva agresión bélica asestada por una coalición de países árabes, conocida como la Guerra de Yom Kipur, que tomó al país y al gobierno por total sorpresa. Aunque meses antes de la guerra, había abundante información de inteligencia previniendo la posibilidad de un ataque combinado, el ejército hebreo erró al pensar la baja probabilidad de una guerra, ufano todavía de su gran éxito en la Guerra de los Seis Días.
Hussein I de Jordania
Golda mantuvo una reunión secreta en Jerusalén con el rey Hussein I de Jordania, quien le previno de la inminente guerra, pero Golda dudó de sus verdaderas intenciones.
Sólo unas horas antes del estallido de la guerra, desoyó a sus militares, el ministro de Defensa, Moshé Dayán y a su ministro y ex Comandante en Jefe Jaim Bar-Lev y ordenó movilizar a las reservas, en una de las decisiones más dramáticas de toda la contienda.
Golda jamás se perdonó su crucial aportación al fiasco. En su autobiografía escribió: "Deberé vivir hasta el fin de mis días sabiendo algo tan terrible".
Golda Meir con Richard Nixon
y Henry Kissinger
Golda sabía que el único país que podría acudir en su apoyo, sería Estados Unidos y que no aprobarían que Israel iniciara las hostilidades, por lo que Golda priorizó informar a Washington de su decisión. El entonces secretario de Estado, Henry Kissinger, confirmaría en sus memorias que la decisión de Golda fue acertada, diciendo: "Si Israel hubiera lanzado un ataque preventivo, no habría recibido ni un clavo".
Israel logró una contundente victoria sobre sus enemigos, llevando a sus tropas a sólo cien kilómetros de El Cairo y a cuarenta kilómetros de Damasco, lo que le permitió mantener todos los territorios conquistados en 1967, pero la guerra dejó una profunda cicatriz en la sociedad israelí.
Isaac Rabin
Aun desacreditada, Golda ganó las elecciones generales de 1974 y se benefició de las conclusiones de la Comisión Agranat, que libró a todos los políticos de culpa y cargo, y endilgó todas las responsabilidades al Comandante en Jefe, David Elazar. Pero la opinión pública estuvo en desacuerdo, el informe de la comisión no hizo sino alimentar una ola de protestas en todo el país, lo que llevó a Golda a presentar su dimisión poco después de su reelección, el 11 de abril de 1974, siendo sustituida por Isaac Rabin al frente del Gobierno y del Partido Laborista. Cuatro días más tarde renunció a su puesto en el Knéset y se retiró definitivamente de la vida política. A pesar de que Golda dejó el cargo en 1974, continuó siendo una pieza importante en la vida política de su país.
Tumba de Golda Meir
Apenada por lo sucedido en la Guerra de Yom Kipur, Golda se retiró al kibutz Revivim, en la casa de su hija Sara, en donde pasó sus últimos años, hasta que el cáncer la doblegó. El 7 de diciembre de 1978 fue ingresada en el Hospital Hadasa, en Jerusalén, donde cayó en estado de coma, falleciendo el día siguiente como consecuencia de su enfermedad, una leucemia, a la edad de 80 años. Cuatro días después fue enterrada en el panteón de los "Grandes de la Patria", en el Monte Herzl de Jerusalén.
Golda Meir no fue profeta en su tierra. El mundo judío y la comunidad internacional la recuerdan como una dirigente carismática y singular, una judía visceral. En Israel, en cambio, muchos la recuerdan como una mujer terca y obstinada, cuya incapacidad de ver la realidad y su intransigencia para con los árabes, desencadenó en la traumática Guerra de Yom Kipur.

Reconocimientos:

  • En 1974 fue galardonada con el honor de la "Madre de la Humanidad" por la organización Madre de América.
  • En 1974 fue galardonada con el Premio James Madison por los distinguidos servicios públicos otorgados por la Universidad de Princeton.
  • En 1975 fue galardonada con el Premio Israel por su destacada contribución a la sociedad y al Estado de Israel.