viernes, 28 de febrero de 2014

ARTEMISIA GENTILESCHI, pintora en tiempos difíciles

Autorretrato como mártir
Artemisia Gentileschi nació en Roma el 8 de julio de 1593. Fue la hija mayor de Orazio Getileschi, uno de los grandes representantes de la escuela romana de Caravaggio. Artemisia, aprendió el arte de la pintura en el taller de su padre, mostrando más talento que sus hermanos que también estudiaron y trabajaron en el taller. En este tiempo, al igual que su padre, el estilo de su pintura remitía explícitamente al arte de Caravaggio.
Susana y los viejos
A los diecisiete años firmó su primera obra: Susana y los viejos. En ella se ve que Artemisia había asimilado el realismo de Caravaggio. 
A los diecinueve años, su padre le buscó un preceptor privado, Agostino Tassi, ya que la enseñanza en las academias profesionales de Bellas Artes, estaba dedicada exclusivamente al género masculino.
Con la edad de diecinueve años sucedió un hecho que marcaría su vida; sufrió la violación de Tassi. Al principio prometió salvar su reputación casándose con ella pero no pudo cumplirla ya que era un hambre casado. Su padre lo denunció ante el tribunal papal. Comenzó un largo proceso en el que se sometió a Artemisia a un humillante examen ginecológico y torturada usando un instrumento que apretaba progresivamente cuerdas en torno a los dedos. De esta manera se pretendía verificar la afirmación de sus acusaciones, pues se creía que si una persona decía lo mismo bajo tortura que sin ella, la historia debía de ser cierta. Tassi fue condenado a un año de prisión y al exilio de los Estados Ponticifios.
Este es el testimonio de Artemisia en el proceso, según los documentos de la época:
Cerró la habitación con llave y una vez cerrada, me lanzó sobre un lado de la cama, dándome con una mano en el pecho, me metió una rodilla entre los muslos para que no pudiera cerrarlos y alzándome las ropas, que le costó mucho hacerlo, me metió una mano con un pañuelo en la garganta y boca para que no pudiera gritar y habiendo hecho esto, metió las dos rodillas entre mis piernas y apuntando con su miembro a mi naturaleza comenzó a empujar y lo metió dentro. Y le arañé la cara y le tiré de los pelos y antes de que pusiera dentro de mí el miembro, se lo agarré y le arranqué un trozo de carne. 
Un mes después del juicio, su padre arregló un matrimonio con Pietro Antonio Stiattesi, un modesto artista, que sirvió para restituir el honor de Artemisia.
Judit decapitando a Holofernes
Virgen con niño
Al año siguiente exhibe en la Galleria degli Uffizi de Florencia una obra impactante: Judit decapitando a Holofernes. Impresiona la violencia de la escena y ha sido interpretada como un deseo de venganza respecto a la violencia que ella había sufrido.
De estos comienzos romanos data también la Madonna col Bambino (Virgen con niño).
Artemisia y su marido se instalaron en Florencia en 1614. Allí disfrutó de un gran éxito, siendo la primera mujer en ingresar en la Accademia del Disegno (Academia del Dibujo) de Florencia. Se convirtió en una exitosa pintora de corte. Mantuvo buenas relaciones con los artistas más respetados de su tiempo y fue capaz de conquistar los favores y la protección de personas influyentes como el gran duque Cosme II de Médici y especialmente de la gran duquesa Cristina. Tuvo una buena relación con Galileo Galilei con quien se mantuvo en contacto epistolar durante largo tiempo, mucho más allá de su periodo florentino.
Allegoria dell´Inclinazione
Entre sus admiradores se encontraba el sobrino de Miguel Ángel, Buonarroti el joven, que construyó la Casa Buonarroti para celebrar la memoria de su antecesor. Encargó a Artemisia una tela destinada a decorar el techo de la galería de pinturas. Dicha pintura representa una Allegoria dell´Inclinazione (una alegoría del talento natural), representada en forma de una mujer joven desnuda que sostiene una brújula. Se cree que dicha figura al igual que las imágenes femeninas de otras obras suyas, tiene los rasgos de Artemisia, que al parecer según los cánones de belleza de la época tenía un extraordinario atractivo.
Mientras estuvieron en Florencia, Artemisia tuvo cuatro hijos y una hija, pero sólo la hija llegó a la edad adulta. A pesar de su éxito, el exceso de gastos de toda la familia les llevó a una situación muy delicada. Este periodo estuvo marcado por muchos problemas con los acreedores y con su esposo lo que motivó su regreso a Roma en el año 1621. Con ella se llevó a su hija Prudenzia con la que más tarde se trasladó a Nápoles. Ese mismo año se separa de su marido y permanece en Roma como mujer independiente, intentando criar a su hija Prudenzia y a otra hija natural nacida al parecer en 1627.
Entró a formar parte de la Accademia dei Desiosi. De esta época data su amistad con Cassiano del Pozzo, humanista, coleccionista y gran mentor de las bellas artes.
Judith y su doncella
A pesar de su reputación artística y de sus buenas relaciones, Roma no fue tan lucrativa como ella esperaba, ya que a pesar de su habilidad para poner en escena a las heroínas bíblicas, estaban vedados para ella los ricos encargos de frescos y de los grandes retablos por lo que es seguro que entre 1627 y 1630 se trasladó a Venecia en busca de encargos más lucrativos.
En su obra Judith y su doncella, Artemisia refleja su dominio sobre los efectos de claroscuro de la luz de la vela, lo que testimonia su asimilación de las lecciones del luminismo veneciano.
La Anunciación
En 1630 Artemisia se trasladó a Nápoles, ciudad rica en talleres y en amantes del arte, en busca de nuevas oportunidades. Aquí permaneció el resto de su carrera con la excepción de su breve estancia en Londres. Para ella fue su segunda patria donde pudo ocuparse de sus dos hijas y donde las casó con dote propia. Tuvo muchas pruebas de estimación y mantuvo buenas relaciones con el virrey, el Duque de Alcalá y con los mayores artistas de la ciudad en aquella época. Con el pintor Massimo Stanzione comenzó una colaboración artística basada en una auténtica amistad y parecidos artísticos.
Su primera obra en Nápoles fue La Anunciación y por primera vez empieza a trabajar en cuadros para una catedral, dedicados a San Jenaro en el anfiteatro de Pozzuoli. Otras obras fueron Nacimiento de san Juan Bautista, que se conserva en el Museo del Prado de Madrid y Corisca y el sátiro. En estos cuadros Artemisia demuestra su capacidad de renovarse según los gustos artísticos de su tiempo y de manejar diferentes temas en lugar de los usuales por los que ya era conocida.
Autorretrato como la
Alegoría de la pintura
En 1638 se reunió con su padre en Londres, en la corte de Carlos I de Inglaterra, donde su padre se había convertido pintor cortesano y recibió el importante encargo de decorar un techo, una alegoría del Triunfo de la paz y de las artes en la Casa delle Delizie de la reina Enriqueta María de Francia en Greenwich. Padre e hija trabajaron juntos en esta obra, pero el motivo por el que había sido llamada a la corte fue el interés que Carlos I tenía por su obra. La fama de Artemisia probablemente lo intrigase y entre su colección contaba con un cuadro de Artemisia muy sugerente, Autorretrato como la Alegoría de la Pintura.
En 1639, murió repentinamente su padre y Artemisia tuvo que cumplir con sus encargos después de su muerte.
Se cree que en 1642 partió definitivamente a Nápoles donde pasó el resto de su vida.
En 1654 Artemisia aún aceptaba encargos, aunque dependía cada vez más de su asistente Onofrio Palumbo y se especuló con su muerte en la devastadora plaga que asoló Nápoles en 1656 y que barrió virtualmente a toda una generación de artistas napolitanos.
De este periodo es su obra Virgen con el Niño y un rosario.
Su tumba se encontraba en la iglesia de San Juan de los Florentinos de Nápoles, que fue destruida tras la Segunda Guerra Mundial. En su lápida estaba escrito HEIC ARTEMISIA. Después de su muerte fue prácticamente olvidada.

sábado, 1 de febrero de 2014

LIBROS QUE HAY QUE LEER


Santiago Camacho nos cuenta cuando y como se creó el estado del Vaticano, las finanzas nada claras de la banca Vaticana, su relación con Mussolini y Adolf Hitler, con el estado fascista de Croacia o la mismísima mafia siciliana. 
Describe la actuación de los distintos papas que han pasado por el Vaticano desde su creación y su responsabilidad en los negocios de la banca Vaticana.
También indaga sobre las sospechosas circunstancias que rodearon las muertes de Pío XI y Juan Pablo I o los detalles nunca esclarecidos del atentado contra Juan Pablo II.


Nos narra como nació la ONU, los Secretarios Generales que han dirigido la organización, su comportamiento en los distintos conflictos donde han actuado, el derroche de dinero y la falta de transparencia en su administración, la concesión de puestos para los amigos, el encubrimiento en casos de abusos sexuales, la actuación de los cascos azules en las distintas misiones: violaciones, torturas, pederastia, etc.
Leyendo este libro te planteas si realmente es necesaria esta organización y si está cumpliendo la labor para la que fue creada.
Su autor Eric Frattini ha realizado un gran trabajo.


En él, su autor Daniel Estulin, nos narra como en los últimos cincuenta años, un selecto grupo de políticos, empresarios, banqueros y poderosos en general se han reunido secretamente para tomar las decisiones que mueven el mundo.
Aun a riesgo de su vida ha sido la única persona que ha logrado romper el silencio que rodea las reuniones de este club, el más exclusivo y peligroso de la historia.
Los miembros de este Club, deciden quien mandará en los distintos estados, crean situaciones extremas en la población con tal de obtener el poder. Todo vale para lograr sus fines y están obsesionados por conseguir un "Nuevo Orden Mundial" con un gobierno en la sombra que controle toda la tierra.
Es asombroso el poder que tienen controlando los medios de comunicación para que la población no sea consciente de sus planes y de como pueden destruir a quien no esté de acuerdo con ellos. Nos engañan haciéndonos creer que tenemos democracias y que decidimos quien nos gobierna y son ellos los que suben o dejan caer a los gobernantes que nos gobernarán.

Me ha parecido muy interesante la lectura de estos tres libros. Ahora tengo otra visión de estas instituciones que no aparecen en los noticiarios.
Felicito a estos tres autores por su labor de investigación y por atreverse a hablar de temas un tanto tabú.
Espero que os gusten pues de verdad que vale la pena su lectura.