martes, 5 de mayo de 2015

SOJOURNER TRUTH. Ser mujer, de color y esclava te hace más fuerte

Sojourner Truth
Sojourner Truth, nació en 1797 en Ulster County, Nueva York (Estados Unidos). Su nombre de nacimiento era Isabella Baumfree. Junto con sus padres y sus trece hermanos, Truth era propiedad del Coronel Johannes Hardenbergh. El Coronel los mantuvo en su familia en una hacienda llamada con el nombre holandés de Swartekill, en la ciudad de Esopus, a 153 Km al norte de la ciudad de Nueva York. Hasta los 9 años solo habló holandés pero a esta edad tuvo que aprender a hablar forzosamente en inglés al ser vendida a un nuevo amo. Jamás perdió su acento holandés y jamás aprendió a leer ni escribir en ninguno de los dos idiomas. 
Charles Hardendergh, heredó la hacienda y los esclavos de su padre. Cuando Charles Hardendergh murió en 1806, Truth, que entonces contaba 9 años, fue subastada en un mercado de ovejas y comprada por John Neely por 100 dólares y un rebaño de ovejas. John Neely la llevó a Kingston, Nueva York. Truth describió a John Neely como una persona cruel y hostil, ya que le pegaba diariamente e incluso un día le llegó a pegar con un manojo de varas de metal.
En 1808, Neely la vendió a Martinus Schyver de Port Ewen, por 105 dólares, teniéndola en su poder durante dieciocho meses.
En 1810, Martinus Schyver la vendió a John Dumont de West Park, Nueva York por 300 dólares. Aunque su cuarto dueño era amable con ella, existía una tensa relación entre Truth  y la segunda esposa de John Dumont, quien la acosaba y hacía más difícil su vida.
En 1815, Truth se enamoró de un esclavo llamado Robert, de una granja vecina. El dueño de Robert, un pintor de paisajes llamado Charles Catton Jr, prohibió su relación, porque no quería que su esclavo tuviera descendencia con una esclava que no fuese de su propiedad, porque los hijos que tuvieran, no le pertenecerían en propiedad. Un día Robert se escapó para ver a Truth. Cuando Catton y su hijo lo encontraron, le apalearon salvajemente hasta que Dumont intervino. Truth nunca volvería a ver a Robert que murió a causa de las heridas. Esta experiencia la acompañaría el resto de su vida.
Truth se casó con otro esclavo mayor que ella llamado Thomas. Dio a luz a cinco niños; James, que moriría durante la infancia, Diana en 1815, cuyo padre fue Robert o John Dumont, Peter en 1821, Elizabeth en 1825 y Sophia en 1826, todos ellos nacidos después de su unión con Thomas.
Dumont le prometió a Truth garantizar su libertad un año antes de la emancipación estatal si ella "hacía bien su trabajo y era fiel". Dumont cambió de opinión, alegando que una herida en la mano la había hecho menos productiva, cuando ella siguió hilando hasta 45 kg de algodón.
En 1826, Truth se escapó a Canadá con su hija Sophia, dejando atrás a sus otros hijos, ya que no serían considerados legalmente libres hasta que no hubiesen servido hasta los veinte años.
Truth expresaría tiempo después: "no salí corriendo, pensando que hacía mal, salí andando, creyendo que todo estaba bien".
Se dirigió a casa de Maria e Isaac Van Wagenen, quienes la acogieron a ella y a su bebé. Isaac se ofreció a comprar sus servicios por el año que faltaba hasta que la emancipación estatal entrara en vigor. Dumont aceptó por 20 dólares. Truth vivió allí hasta el 4 de julio de 1827, momento en que el estado de Nueva York declaró la abolición de la esclavitud.
Truth regresa a Nueva York y comprueba que Dumont ha vendido ilegalmente a su hijo Peter, que entonces contaba cinco años, a un propietario en Alabama. Con la ayuda de los Van Wagenens, llevó la causa a las cortes y después de procedimientos legales, recuperó a su hijo, que había sufrido abusos por parte de su nuevo dueño. Truth se convirtió en la primera mujer en ir a juicio contra un hombre blanco y ganar el caso.
La religión es cada vez más importante para ella y encuentra refugio en el cristianismo. Entra en contacto con comunidades religiosas y se ve inmersa en un escándalo por el asesinato de un líder cristiano. Un grupo integrante de la comunidad le acusa de envenenamiento, pero es declarada inocente e interpone una demanda por injurias que también gana.
Se establece en Nueva York, trabajando en una casa hasta 1843, año en el que cambió su nombre, Isabella, por el de Sojourner Truth. Con 46 años, comienza una nueva etapa para ella. Decide que dedicará su vida a predicar a través de la tierra, contando su vida y luchando contra las injusticias. Comienza sus viajes por el este y el medio-oeste de Estados Unidos, para ejercer de oradora con un potente discurso, que exige la abolición de la esclavitud, el derecho al voto de las mujeres, la reforma del sistema penitenciario, los derechos de los nuevos hombres libres y el fin de la pena de muerte.
Entre 1844 y 1845, conoce a varios reformistas en contra de la esclavitud a través de la Asociación Norfhampton, entre ellos a Susan B. Anthony, Amy Post, William Lloyd Garrison y la feminista Olive Gilbert, que cinco años más tarde publicará su biografía: "The Narrative of Sojourner Truth. A northern slave". Truth se mantuvo económicamente gracias a las ventas de este libro y de los retratos personales durante sus viajes, además de realizar trabajos temporales como ama de llaves. Su nieto Sammy Banks fue clave para que perduraran sus ideas, la acompañaba en todos sus tours de lectura y podía leer y escribir por ella.
Sojourner Truth
En mayo de 1851, en la Convención de Derechos de la Mujer de Akron, Ohio, pronunció uno de sus discursos más importantes: ¿Acaso no soy mujer? (Ain't I a woman?). En él defendía que la mujer tuviese los mismos derechos que el hombre ya que tenía las mismas capacidades. Es pionera al abordar, desde su experiencia personal, la múltiple discriminación que sufrió por ser mujer, negra y carecer de recursos. Sus palabras se convirtieron en un símbolo de la lucha de la mujer afroamericana y continúan siendo un referente hoy en día.
A esa convención acudieron varios ministros que no disimularon sus opiniones sobre la superioridad del hombre respecto a la mujer, despertando indignación entre las mujeres allí presentes. De repente, Truth se dirigió al estrado para hablar y en su tono de voz fuerte y con ese peculiar acento que la caracterizaba habló:
"Ese hombre de allí dice que las mujeres necesitan ayuda al subirse a los carruejes, para cruzar las zanjas y que deben tener el mejor sitio en todas partes. ¡Pero a mí nadie me ayuda con los carruajes, ni a pasar sobre los charcos, ni me dejan un sitio mejor! ¿Y acaso no soy yo una mujer? ¡Miradme! ¡Mirad mi brazo! He labrado, he plantado y he cavado con mis propios brazos. Y ningún hombre me ayudó. ¿Acaso no soy una mujer? puedo trabajar tanto como un hombre y puedo comer tanto como un hombre, cuando consigo comida claro y he soportado también los latigazos ¿Acaso no soy una mujer? He dado a luz a hijos y he visto como han sido vendidos como esclavos y cuando he gritado como una madre, solo Jesús me ha escuchado. ¿Acaso no soy una mujer?
Las mujeres del público aplaudían y animaban a la ponente. Ella continuó:
Él habla de eso que tiene en la cabeza, ¿cómo lo llaman?
Intelecto, contestó una de las mujeres del público.
Eso es, chica, eso es. ¿Qué tiene que ver el intelecto con los derechos de las mujeres o con los derechos de las personas de color? Si en mi copa cabe medio litro y en la tuya cabe sólo un cuarto, ¿no me dejarías a mi tener mi copa medio llena? No tengáis miedo de que tomemos más derechos de los que nos pertocan, cogeremos los derechos que quepan en nuestra copa.
Ese hombre de ahí dice que las mujeres no podemos tener los mismos derechos que los hombres porque Cristo no era una mujer. ¿Y de dónde vino Cristo? Cristo vino de un Dios y de una mujer, ningún hombre tuvo nada que ver en su creación. Si la primera mujer que Dios creó fue capaz de poner el mundo patas arriba, todas estas mujeres juntas pueden ponerlo patas arriba y volverlo a poner en su lugar, así que ahora que os lo están pidiendo, hombres, será mejor que las dejéis hacerlo. 
Sojourner Truth con Abraham Lincoln
Durante los años 60, con ocasión de la Guerra Civil Americana, Truth visitó a las tropas para ofrecerles su apoyo, también consiguió reunirse con el presidente Abraham Lincoln en 1864 y trabajó en el estado de Virginia ofreciendo sus consejos a esclavos negros recién liberados.
Después de la Guerra, Truth siguió luchando a favor de la integración de las personas de color. Fue muy significativo su trabajo en la ciudad de Washington, donde encabezó todo tipo de protestas después de romperse un brazo al caer de un tranvía del que fue arrojada por el propio conductor por ser negra.
Siguió muy activa hasta casi los últimos días de su vida, cuando ya su salud se resintió y no le permitía seguir con ese ritmo de viajes y apariciones públicas. Se retiró a su casa de Battle Creek, donde murió el 26 de noviembre de 1886 con casi 90 años de edad.
En 1997, el vehículo robótico de la misión del Mars Pathfinder de la NASA, recibió el nombre de "Sojourner" en honor a Sojourner Truth.

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